Hotel Britania: el Heritage con sabor a los años 40.
Sep. 16 2019
Un Hotel en Lisboa con mucho por descubrir
Modernismo, glamour y revivalismo. Son las tres palabras que nos reciben en cuanto cruzamos la imponente puerta del Hotel Britania. Si viene a Lisboa para conocer la ciudad, su visita empezará incluso antes de que salga a la calle. Aquí, la Historia adorna las paredes con frescos que se remontan al período del colonialismo, diversos retratos de época que atestiguan el elitismo que caracterizaba a este espacio en aquella época o con los documentos originales y objetos sumamente bien conservados que harían las delicias de cualquier coleccionista. No exageramos al decir que antes de subir a disfrutar de sus cómodas habitaciones, podrá descubrir un museo que le espera discretamente.
Un Club lleno de vida
La vida de este hotel empezó en 1944 con el nombre Hotel Império. Un auténtico símbolo de la ciudad de Lisboa, reconocido durante décadas como uno de los mejores y más lujosos hoteles de Portugal. Además de un servicio de excelencia que era su imagen inconfundible de marca, las habitaciones y amplios espacios comunes trajeron al Hotel clientes que se quedaban a vivir durante períodos. Aquí se vivió, como si de un Club se tratase, el encuentro de figuras relevantes y se cruzaron personalidades con nombres reconocidos de la alta sociedad, nacionales e internacionales. En estas mesas se escribieron libros, poemas, canciones. Fue el escenario de grandes historias de amor, de amistad y de momentos que forman parte de la historia reciente.
A pesar de su interesante pasado, fue adquirido por nuevos propietarios y atravesó un periodo en el que fue privado de su identidad en nombre de la modernización. Se ocultaron sus pinturas, se disimularon las imponentes columnas de mármol, así como todo lo que recordase a la época de su construcción. Después de haber sobrevivido a la revolución de abril del 74, fue rebautizado como Hotel Britania.
De la época del Império, actualmente se conserva, además de su servicio de excelencia, el edificio y mobiliario original restaurados con detalle, lo que le ha merecido la declaración de inmueble de interés histórico para la ciudad de Lisboa. Es el único hotel de época que ha permanecido intacto hasta nuestros días.
6 detalles que (también) encontrará en el Britania
- Habitaciones amplias. Las habitaciones de este hotel tienen la particularidad de que se diseñaron con la estructura de pequeños apartamentos, con antesala y cuarto de baño.
- Suelo de corcho. Creado por la prestigiosa Fábrica Mundet, en 1944, el suelo original fue restaurado artesanalmente y es uno de los elementos que proporciona más confort a las habitaciones.
- Muebles Modernistas. Elmobiliario de este Hotel, por sí sólo, constituye una reliquia. Cada pieza se ha conservado y ha sido objeto de una meticulosa intervención de restauración.
- Mármol. Este es uno de los materiales más nobles del Hotel. Utilizado para revestir el suelo, paredes y cuartos de baño, gana especial relevancia en el atrio, donde se alzan 4 monumentales columnas.
- Frescos. Las paredes del bar están decoradas con pinturas inspiradas en el Imperio colonial portugués, y representan los blasones de las antiguas colonias y simbología vinculada a la época de los descubrimientos.
- Puerta de entrada. A pesar de que estaba contemplada en la planta original, la maciza puerta de hierro que nos da la bienvenida al Hotel Britania sólo se instaló muchos años más tarde, cuando fue restaurado.
La Barbería
En aquella época, entre los servicios que ofrecía el hotel había una barbería. La silla “Pessoa” ha resistido al paso del tiempo y sigue siendo la pieza central de este espacio, donde todos los instrumentos se han conservado impecablemente, junto con los periódicos antiguos y otros documentos históricos. Entrar en este pequeño espacio es como volver atrás en el tiempo.
Cassiano Branco
Cassiano Branco fue el arquitecto que diseñó el proyecto del Hotel Império. Uno de los grandes nombres de la arquitectura portuguesa contemporánea, de estilo vanguardista, que supo conjugar el lenguaje modernista con símbolos nacionalistas e instalaciones modernas que, en aquel momento, no pasaron desapercibidos.